Desde A Coruña, Lidia López Cejuela (16 años) se hizo con el Premio Junior en la 6ª edición del concurso Participa Méliès con Por una galleta, un cortometraje en la que un niño, junto a sus clones, idea un plan para conseguir el paquete de galletas que mamá dejó en la cocina. Tal y como nos explica Julia en la entrevista, su propia madre y su primo Samuel protagonizan el cortometraje. Si, solo hay un único protagonista. Este cortometraje es un perfecto ejemplo del trucaje de la clonación, o sobreimpresión, ideado por Méliès. Deja que Lidia te lo expliqué….
Se podría decir que sí. Ya había hecho otros trabajos audiovisuales previamente, pero no tan estructurados como Por una galleta.
Por una galleta surgió específicamente para participar en el concurso Participa Méliès. Fue lo primero que se me vino a la mente, una idea fácil y divertida que representase algo que todos hemos hecho alguna vez.
Si. Lo conocí con la película La invención de Hugo y este mismo año lo hemos estado estudiando un poco en clase de Cultura Audiovisual.
Divertida y difícil. Había que conseguir transmitir un mensaje completo sin sonido y que se entendiese bien.
Guion, rodaje y edición fueron procesos individuales, pero con la música tuve la ayuda de Iago González, profesor de mi escuela de música, Adagio Cantabile. Estuvimos varios meses trabajando en ella.
Respecto a los actores, el protagonista es mi primo y la madre, mi madre. Para elegir al niño pensé en algunos que yo conociese que pudiesen amoldarse al carácter del personaje. Al final, mi primo Samuel consiguió representarlo igual a como me lo había imaginado.
El tiempo y la clonación. Mi primo tuvo que desplazarse hasta mi casa para poder grabar, por lo que mi intención fue que el rodaje durase sólo un día para que no tuviese que volver a desplazarse. Además, la iluminación era natural, así que grabamos a toda prisa para que no se notasen muchos cambios de luz.
Otra dificultad fue la clonación, conseguir que los clones se relacionasen y reaccionasen entre ellos. Usé un atril de partituras para que sirviese de referencia a Samuel y que supiese dónde estaría el clon para interaccionar con él. Y para que las conversaciones entre los clones tuviesen coherencia, calculamos los movimientos y el tiempo que llevaba realizarlos.
El proceso más fácil fue el storyboard. Tenía el guion muy claro y casi desde el principio ya visualizaba los encuadres.
Estaba en casa, a punto de salir a coger un bus para ir al instituto por la tarde. Revisé el móvil para ver si había algo importante y vi que, de repente, en notificaciones aparecía un correo del concurso Participa Méliès. Me emocioné, pero después pensé que sería un correo dando las gracias por haber participado. Aún así lo abrí con algo de esperanza.
De la emoción no lo leí despacio y en orden, si no que lo leí por encima, y tal y como empezaba parecía que estaban informando al resto de participantes de quiénes habían sido los ganadores. Pero en el momento en el que vi que decía “… nuestro jurado ha decidido premiar vuestro corto Por una galleta como ganador del Premio Junior…” tuve que releer el correo varias veces de arriba a bajo.
Luego se lo dije a mi madre, que tampoco sabía como reaccionar al principio, y me fui corriendo a coger el bus. Después recibí una llamada en el trayecto al instituto en la que me volvieron a informar de que había ganado y me daban la enhorabuena, aunque de la emoción, los nervios y el silencio que había en el bus, lo único que era capaz de decir era gracias.
Ya la he estado probando y me encanta. La usé para grabar alguna cosa este verano y busqué darle uso sobre todo en ambientes acuáticos.
Respecto a seguir grabando cortometrajes, si, ya ando dándole vueltas a futuros proyectos. De hecho, mi intención es estudiar algo relacionado con el cine, en especial, dirección. Estoy en busca de sitios en los que pueda formarme.
A mi me ayudó la visualización. Me costaba avanzar con el proyecto y me desanimaba con facilidad. Pero visualizaba la satisfacción y emoción que sentiría al terminar el cortometraje y esto me ayudaba a seguir desarrollando la historia.
Y, si, probablemente vuelva a participar.
Utilicé la clonación, o sobreimpresión, que consiste en que en una misma escena aparezca una persona multiplicada. Hacía tiempo que había aprendido la técnica para conseguir ese efecto y decidí ponerla a prueba.
Los trucos que más me gustan de Méliès son la sustitución y en especial la sobreimpresión.