Gerard Casau es crítico cinematográfico y musical. Colabora habitualmente en medios como Time Out Barcelona, Diari ARA, Rockdelux, Sensacine, Dirigido Por y SO Film. Trabaja en el departamento de publicaciones del Sitges Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, y forma parte de su comité de programación. En estos momentos está realizando una tesis doctoral en la Universidad Pompeu Fabra, centrada en el uso de música rock en las ficciones narrativas contemporáneas.
Además, este año se une al jurado de la sexta edición de Participa Méliès. Hablamos con él para que nos cuente un poco más sobre su trayectoria, pero también para que nos desvele qué ingredientes serán clave para él a la hora de valorar los cortos de los participantes.
Como experto en crítica cinematográfica, ¿cuáles son para ti los ingredientes básicos que debe reunir un buen corto?
Creo que un cortometraje ha de saber jugar con su formato y duración limitada, yendo al hueso de la idea y no querer atiborrarlo de ocurrencias que necesitarían otra duración para ser presentadas y desarrolladas.
Y si hablamos de cine mudo, ¿cuál crees que es el elemento principal de un cortometraje mudo memorable: la historia, la fotografía, la música…? ¿A cuál crees que hay que prestar mayor atención?
Ya sean mudos o hablados, cada cortometraje es un mundo, así que dependerá de lo que se pretenda exponer. Evidentemente, la imposibilidad de que haya diálogo nos obliga a comunicar ideas puramente visuales y de manera clara.
En tu opinión, ¿cómo dirías que ha influido el cine de trucaje de Méliès en el cine de ciencia ficción en la actualidad?
De manera consciente o inconsciente, toda la ciencia ficción y el fantástico están influidos por Méliès: con él surgió el deseo de hacer del cine un instrumento con el que viajar a mundos distintos del nuestro.
En lo que respecta a efectos especiales, y teniendo en cuenta los avances en tecnología digital, ¿qué es lo que nos falta por ver? ¿Qué no se ha inventado todavía? ¿Qué te gustaría ver a ti?
No me atrevo a imaginar qué es lo que está por venir. Prefiero que me sorprendan. Solo espero que la tecnología digital conviva de manera armónica con los efectos más tradicionales.
Y tú, ¿cómo llegas a ser un profesional de la crítica cinematográfica? ¿Qué consejos darías a los participantes que quieran dedicarse a ello?
Jean Douchet decía que la crítica es “el arte de amar”, y eso es algo que trato de no olvidar nunca. Para ser crítico, hay algunos pasos obvios: ver mucho cine (y verlo bien, con paciencia y las condiciones adecuadas), y tratar de comunicar en un texto las reflexiones que nos despierta un filme. Pero, sobre todo, creo que es importante ser generoso: no hemos de esperar siempre que las películas nos comprendan a nosotros, sino dar un paso adelante y tratar de descubrir qué nos quieren decir aquellas obras que nos generan más dudas. Sin ese diálogo con las imágenes, es imposible que surja la crítica.
Como miembro del jurado de la sexta edición de Participa Méliès, ¿qué aspecto o aspectos le darás más importancia a la hora de valorar los cortos de los participantes?
Uno de los aspectos que sin duda tendré más en cuenta es la originalidad a la hora de plantear un trucaje que actualice la tradición de Méliès.