Los cortometrajes que aspiran a llevarse algunos de los premios de Participa Méliès tendrán que enfrentarse a la valoración de una de las voces con más experiencia en cinematografía de nuestro país. Hablamos de Begoña Soto, historiadora de cine, exdirectora de la Filmoteca de Andalucía y coordinadora del Máster y Doctorado en Estudios sobre Cine Español (URJC) y de la Unión de Cineastas. Conversamos con Begoña para profundizar en la trascendencia histórica del cine de Méliès y descubrir algunas curiosidades en común entre el autor francés y el cineasta español Chomón. Además, Begoña que nos revela cuál es el verdadero secreto para rodar un buen corto, así que no te pierdas la entrevista, porque esconde varias claves para ganar nuestro concurso…
¿Cuál es el ingrediente principal de un cortometraje mudo memorable: la historia, la fotografía, la música…? ¿A qué elemento hay que prestarle más atención?
Creo que lo esencial siempre, mudo o sonoro, es la composición: es decir, cómo se disponen las cosas dentro de los límites del plano cinematográfico. Cómo se enmarca una realidad para que pase a ser una imagen. Además, tiene importancia la capacidad de sorprendernos y eso puede venir dado por cualquiera de los elementos visuales o sonoros que se combinan en una pieza audiovisual. En cualquier caso, creo que las historias es lo que menos me interesa.
Usted tiene una larga trayectoria como docente universitaria e historiadora de cine. Desde su perspectiva, ¿cómo ha influido el cine de trucaje de Mèliés en la historia del lenguaje cinematográfico y en la concepción del cine como un arte popular?
Méliès, a mi juicio, es fundamental porque inaugura un concepto de realizador cinematográfico muy actual y que nada tiene que ver con el propio de la época en la que a él le tocó trabajar en el cine. Es un realizador moderno porque controla todo su proceso creativo y productivo, es decir, tiene un concepto de autoría muy contemporáneo. Lo habitual en su época era que el “autor” no existiera, que solo existiera el oficio de operador de cámara. Es en ese sentido de “autor” en el que los trucos dejan de ser simples trucos para convertirse en una herramienta expresiva, en una huella que identifica la manera de hacer y entender el cine de Méliès. Además, tiene el valor de que su cine, con esas características, llegó al gran público, por lo que es doblemente contemporáneo, en ese sentido creo que está muy cerca de otro gran autor con control total del proceso creativo y productivo y de gran éxito de público: Charles Chaplin.
Usted también está especializada en el cine mudo español. Cómo experta en nuestro cine, ¿cuál es su valoración del legado histórico de Segundo de Chomón, apodado “el Méliès español” en el panorama cinematográfico nacional? ¿Cree que sus efectos visuales son comparables a los trucos de Mèliés?
Aunque no soy muy amiga de entrar en comparaciones que no creo que lleven a ningún sitio, sí que destacaría una semejanza que nada tiene que ver con sus efectos visuales y sí con la importancia que para ambos tuvo la colaboración directa con dos mujeres de gran talento cinematográfico. En el caso de Méliès, Jeanne d’Alcy, a la que calificar de simple actriz y de su mujer seguramente sea muy injusto, y, en el caso de Chomón, Julienne Mathieu, cuyo trabajo fue con seguridad mucho más allá de colorear películas y acompañar a su marido.
En lo que respecta a efectos especiales, y teniendo en cuenta los avances en tecnología digital, ¿qué es lo que nos falta por ver? ¿qué no se ha inventado todavía? y ¿qué le gustaría ver a usted?
Creo que realmente todo está inventado, que el mayor disfrute que nos queda por ver es resucitar para la pantalla grande los grandes del cine mudo, pero tal y como los debemos ver: con música de orquesta, sus colores y su calidad de imagen. Creo que eso es más novedoso a estas alturas de siglo que cualquier efecto digital.
¿Qué consejos le daría al ganador de esta edición para que pueda labrarse una carrera en el cine?
Algo muy simple pero que se olvida con mucha facilidad: mi consejo es ver mucho cine. El cine, como todo, no se aprende por intuición. Hay que ver mucho cine para ver cómo otros han creado y dado soluciones a lo que se planteaban.